Alonso el Buzo, en el año 1940 junto con su padre Enrique en el pueblo de Sonabia, a dos kilómetros de Oriñón y en la punta de Lanzadoiro, cerca del cabo Cebollero, hallaron un cañón, tres ruedas, una cureña y un cabestrante antiquísimos, restos al parecer de alguna embarcación que naufragó en aquellas costas hace muchos años.
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