DESCRIPCIÓN DE SU EQUIPO DE BUCEO QUE EN LA ACTUALIDAD SIGUE COMO SE VE EN LAS FOTOS.
La escafandra de cobre, la coraza y el casco pesaban 32 Kilos
Traje de buzo Luna
Traje
de buzo
Se
compone de dos partes esenciales; una, destinada a la que forma el
vestido con que cubre su cuerpo, y otra, la que comprende el aparato
de respiración o verdadera escafandra.
El
vestido se hace de telas especiales completamente impermeables que
posean la resistencia natural para las duras faenas a que han de ser
sometidas y aplicando al mismo tiempo los refuerzos necesarios en
codos y rodillas, por ser lo sitios que por razón del trabajo del
buzo han de ser los más sufridos.
LA ESCAFANDRA
El afán de investigación de lo
desconocido llevó a los hombres durante la historia a través de los
siglos a poner al servicio de su curiosidad primero el valor de sus
condiciones físicas personales y más tarde la influencia de los
adelantos científicos.
Curiosa es la historia del arte de
bucear, y de ahí que sólo recordemos, como dato digno de
registrarse, las hazañas de los griegos Scyllis de Sicione y su hijo
Ciana, que podrían permanecer bajo el agua hasta cinco minutos.
La campana de buzos empleada por
Alejandro Magno (332 a. De J.C. ) en el sitio de Tiro, marca una
nueva orientación del procedimiento de investigación submarina.
Las experiencias que más tarde se
efectúan ante el Emperador Carlos V en Toledo, y las predicciones de
Bacon, confirman ya no solamente los procedimientos de inmersión,
sino que atisban el principio de la moderna navegación submarina.
Pero es preciso remontarse al siglo
XVIII para encontrar los verdaderos y primeros ensayos de lo que es
hoy la moderna escafandra.
Pasemos de largo los aparatos del
inglés Lethertridge, los franceses Freminet y Forfait, para
detenernos ante el muy curioso invento del alemán Klingert en 1797.
Componíase este aparato de un casco y
un cilindro unido por un fuerte forro de cuero que se prolongaba
fuera del recinto formado por los primeros en unas mangas y pantalón
que, convenientemente ajustados, impedían la entrada del agua, así
como permitían el libre ejercicio de brazos y piernas. Dos tubos
puestos en comunicación con el exterior del aparato permitíanle la
aspiración del aire puro y la expulsión del viciado.
Acompañaba al buzo un depósito de
aire de forma cilíndrica en su parte media y terminado en sus
extremos por dos troncos de cono.
Un mecanismo especial compuesto de una
cremallera unida a un émbolo manejable por el operador permitían al
depósito en cuestión aumentar o disminuir el volumen en la
inmersión o emersión del aparato.
Dieberg, en 1813, presenta un nuevo
procedimiento del buceo fundamentado en el mecanismo que tituló el
Triton y que consistía en un fuelle que el operador se colocaba
sobre la espalda con dos comunicaciones en la boca del mismo, cuyo
efecto era proporcionar aire respirable y extraer el impuro de la
espiración.
Realmente, la escafandra no reviste
caracteres de práctica utilización hasta 1862, en que el francés
Cabriol da a conocer su primer modelo.
Desde este descubrimiento hasta
nuestros días, solo se han hecho modificaciones, siempre sobre este
tema, pero sin obtener el fundamento principal del mecanismo.
Francisco Arderius
Escafandra Siebe-Gorman que heredó de su abuelo y utilizó durante su larga vida profesional.
La respiración y visión del buzo
La escafandra es metálica, y se compone de dos partes que se unen entre sí. Adórnanles una especie de pelerina que le une al traje por medio de un ajuste hermético a una arandela metálica de que aquél va provisto, y una esfera que se ajusta al cuello de la pelerina y en cuyo interior se aloja la cabeza del operario.
La
esfera antedicha lleva dos comunicaciones especiales, cuyo destino es
el de recibir el aire que desde el exterior se hace llegar al
sumergido por medio de bombas de compresión y expulsar al exterior
el aire viciado, así como regular en el interior de la esfera la
presión del aire cuando ésta pueda ser excesiva.
Dos
grandes orificios laterales cubiertos con gruesos cristales
convenientemente defendidos contra cualquier golpe y una claraboya en
el frente susceptible de quitarse y ponerse por medio de dos
maniquetas que se actúan desde el exterior, completan el medio de
visión bajo del agua.
Los zapatos de plomo, 16 kilos cada uno, y otro tanto cada escapulario. En total unos 96 kilos, que dentro del agua se quedan en 10. Las cucharas que se ven junto a los zapatos son para vestir el buzo de luna.
Zapatos y Cucharas
Funcionamiento
de los aparatos de inmersión
Una
vez provisto el buzo del traje completo para la inmersión, se hace
necesario dar al cuerpo el peso necesario para vencer su natural
flotabilidad, lo cual se consigue colocándole el escapulario, o sea
dos planchas de pomo repartidas entre pecho y espalda, y cuyo peso
viente a ser de unos treinta y dos kilos.
En
estas condiciones, el buzo, después de cerrarle sus compañeros
auxiliares la claraboya delatera, comienza su descenso por una
escalera fija a la embarcación, donde se halla la bomba que ha de
suministrarle por medio de un tubo resistente, el aire necesario y a
la presión conveniente para su respiración.
Máquina de aire Siebe Gorman&Co
Exigen las leyes fisiológicas más elementales que la tensión del aire ingerido en los pulmones para la respiración sea igual a la presión exterior a que el cuerpo se encuentra sometido; así es que, a medida que el buzo va encontrando mayores presiones bajo el agua en su inmersión, ha de ir aumentando también las del aire en el interior de la escafandra.
El operador, experto, maneja entonces la válvula de expulsión de que antes hablamos y de este modo va regulando la aireación en las condiciones de pureza y presión escogidas para evitar todo riesgo de su vida.
Las comunicaciones dentro de la escafandra con las bombas de aire tienen el inconveniente de hacer llegar el aire a los pulmones con alguna elevación de temperatura, así como producir perturbaciones constantes en la presión con perjuicio de la estabilidad necesaria de ésta para la respiración perfecta.
Cómo
se camina en el fondo del mar
Una
vez el buzo en el fondo, ha de vencer, al marchar, la enorme
resistencia que el líquido le opone, para lo cal marcha con el
cuerpo inclinado unos 45 grados, y los brazos en la actitud del que
rompe a nadar, siendo preferible, en fondos accidentados, el hacerlo
sobre las manos y las rodillas.
Emersión
del buzo
Terminada
su labor, fácil sería al buzo salir a la superficie, pues con solo
dejar de aumentar la presión, sin regular la válvula de expulsión,
el aire pasaría a inflar el traje, con lo cual, sirviéndole de boya
flotadora, lo echaría bruscamente a la superficie.
Pero,
precisamente, la faena de salir es tanto más delicada cuanto que es
la más peligrosa para la vida del operante.
Sometido
el organismo durante algunas horas a presiones variables de dos y
tres atmósferas en trabajos de 20 a 30 metros de profundidad, una
baja brusca de esta presión originaría rotura de vasos sanguíneos
capaces de producir la muerte instantánea; además, la respiración
del aire comprimido da lugar a absorciones de nitrógeno cuya
eliminación ha de hacerse lentamente si ha de hacerse sin graves
riesgos.
Calcularé
que un buzo para salir de una profundidad de 20 metros debe tardar
alrededor de media hora.
La
profesión de buzo, se ve, por lo expuesto, que requiere dos cosas;
primera, un atento reconocimiento que investigue las condiciones
fisiológicas del individuo para salvar todo riesgo, y, después, una
perfecta instrucción.
Medios
de comunicación con el exterior
Todo
buzo va provisto de un cinturón al cual se afirma una cuerda que se
pone en comunicación con sus ayudantes de fuera, con los cuales se
entiende por medio de tirones que indicarán frases convenidas.
es fantástico el cuchillo...saludos juan torras
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